Tiene una población de 265.357 habitantes. El clima es seco y caluroso. Llueve una vez al año y las temperaturas son de 24 y 38 grados centígrados.
Esta situación determina una esperanza de vida inferior a 57 años, siendo la mortandad de niños menores de 5 años de 74/1.000. El hambre es el mayor problema que afecta a los Turkana, junto con el aislamiento y la ausencia casi total de todo tipo de infraestructuras, desde carreteras a agua potable, sistema sanitario y medios de transporte.
Son mayoritariamente una tribu de pastores nómadas, de origen nilo-hamítico. Subsisten mediante pastoreo nómada de cabras, camellos, burros y vacas; visten sus pieles y se alimentan de su leche, sangre, carne y los usan como trueque.
Hay pocos centros educativos en la región, sin suficientes maestros y en algunos casos, los alumnos reciben clases debajo de los árboles. Sólo un 20% de la población en edad escolar asiste a las clases. Las razones son varias pero la principal radica en la falta de medios y la imposibilidad de los alumnos para costearse estudios secundarios.