Para muchos de los niños dejar de desayunar y comer en el centro significa un importante impacto en su crecimiento, además, ahora agravado porque muchas de las madres que tenían trabajos irregulares en el pueblo, como lavar ropa o cocinar “Njera”, se han quedado sin trabajo debido a la situación de inestabilidad económica provocada por la pandemia.
Todos los martes con la ayuda de las maestras y jóvenes de Muketuri para organizar la distribución,
En abril, debido a su situación y a la necesidad existente, decidimos volver a abrir el aula de niños con capacidades diferentes, tomando las medidas de precaución higiénico-sanitarias necesarias para asegurar su bienestar.
Las consecuencias económicas de la pandemia están siendo terribles en países como Etiopía, donde la gente vive al día, y depende de lo que trabaja, vende y compra a diario.
La gente que no tiene tierras y depende de su trabajo, son los más afectados.
Plantar es la única opción segura que tienen para poder comer, ya que la subida constante de precios es otra de las consecuencias de la situación provocada por la pandemia.