Artículo escrito en honor a Yetnebersh Nigussie, por Sofía García- Ramos Fojón

“Las mujeres necesitan ver modelos a seguir para convertirse en líderes. No podemos ser lo que no podemos ver “

 

 

Yetnebersh Nigussie es una mujer etíope,

abogada de derechos humanos,

madre de dos hijas,

ciega y ganadora de un premio conocido como el Premio Nobel Alternativo.

 

La ceremonia de entrega del premio se celebró el pasado 9 de Diciembre.

 

¿Por qué ella se merece este galardón?

 

Yetnebersh a sus 35 años ha dedicado su vida  a promover los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad,

empezando por su país natal y acabando por el resto del mundo.

Está feliz de haber recibido este reconocimiento y asume que una vez reconocida su labor,

la responsabilidad tiene que estar presente en todos los pasos de su vida,

sabe que ahora no puede adormecerse.

 

Cuando leía a Y. Nigussie muchas de sus intervenciones me recordaban a situaciones cercanas similares… “Las mujeres con discapacidad en Etiopía enfrentan múltiples capas de discriminación. Mi papel es vincular las dos comunidades, de mujeres discapacitadas y sanas, que se han enfrentado a la discriminación histórica “

 

 

Pasa desapercibido ese vínculo sobre el que ella hace hincapié entre  las dos comunidades objetivo,  sin embargo las  misioneras de la Comunidad Misionera de San Pablo  Apostol, en su día,  se sintieron llamadas a la misma labor que Y. Nigussie.

 

 

Tras la llegada a Muketurri, un pueblo en el altiplano etíope, se toparon con que los niños que tenían alguna minusvalía estaban ocultos, escondidos, clandestinamente en vida bajo 4 mantas, y la mayoría no sobrevivían.

En zonas rurales se cree que estos niños son fruto de castigo divino, o un mal de ojo.. … cada ceguera, parálisis, autismo, Síndrome de Down  son una clara repercusión de alguna acción negativa.

Y esta creencia no solo les afecta a los niños, sino que las familias sufren un gran aislamiento social y  provoca que la gente viva con miedo…

Cuando en el Centro Materno Infantil San José de Muketuri  se empezó a plantear la idea de incluir a estos niños en el centro,

 

muchas familias amenazaron con desapuntar a sus hijos del centro, tenían miedo de compartir espacios con ellos…

 

Y por supuesto no encontraban cuidadoras dispuestas a hacer un trabajo que nadie creía que valiese la pena…

Si no has visto nunca a un minusválido mayor, crees que no existen, por lo que la esperanza de vida de estos niños era más un estigma social que una realidad, no creían en ellos.

 

 

No sabríamos decir cual fue el punto de inflexión de esta historia,

 

no hay una fecha en el calendario que registre el día en el que Workine (que sufre una leucodistrofia degenerativa) salió al recreo en su silla de ruedas dirigida por un montón de niños del Centro de entre 4 y 6 años,

empezaron a apartar las piedras para que pasara la silla,  a cantarle, besarle las manos …

Fue la mayor expresión de humanidad genuina de un niño.

No sabemos tampoco cuándo Aberrash, la profesora de Abebe, un niño autista, se convirtió en su segunda madre, y ambos aprendieron a intercambiarse “te quieros” con la mirada,

ni cuando la madre de Nardos (que tiene parálisis cerebral) se animó a ser madre otra vez…

Poco a poco se dio el milagro de la aceptación, la empatía …

Son seres humanos

 

!!un poco diferentes, es verdad, pero la pluralidad nos hace más humanos a todos!!

 

 

Pero si sabemos que ahora la gente de otros pueblos oye hablar de un aula especial donde se apuesta por el futuro de todos, donde se trata con esperanza a los niños con necesidades especiales,  y digo esperanza porque esperamos mucho de ellos, y a la vista está que nos dan, y cada vez más. Y esa gente de otros pueblos viene, y se desplazan para que su hijo pueda acudir al centro de educación especial de Saint Joseph Mother and Child Center. Porque es verdad que cada niño del aula tiene una incapacidad, pero hay otras 99 capacidades que si tienen que deben aportar al mundo, porque si todos fuésemos iguales, el mundo no sería lo que es, ni nosotros lo que somos. Además tienen el gran don de sacar lo mejor de las personas que se les acercan.

 

Creo que el tratar de lograr el vínculo entre la comunidad sana y la discapacitada es el objetivo que nos une con Y. Nigussie, y por ese motivo ella quiere venir a conocernos en Enero, se enteró del proyecto y le entusiasmó la idea y las personas que lo rodean…

 

Y así nos damos cuenta que se reduce todo a lo que en su día dijo Eduardo Galeano:

 

“ Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo”

 

Sofía García- Ramos Fojón (Popy) –Psicóloga 

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